Fariseos en Navojoa - Sonora



Aquellos que condenaron a Jesús están representados por los fariseos o “Chapayecas” (“nariz larga” en lengua yaqui). Visten con una cobija a modo de arnés como los soldados romanos, cinturón de cuero con colgantes de pezuña de puerco, tenabaris o cascabeles enrollados en las pantorrillas y en sus manos un cuchillo y una espada de madera pintados con colores simbólicos. Les cubre la cabeza una máscara hecha con cuero de animal y representando caras de judíos, reyes, animales, payasos, etc. Esta máscara representa el mal por lo que el fariseo se protege con un rosario de cuentas de madera, del que introduce la cruz en su boca, y una pañoleta de flores bajo el cuero de la máscara .
Caminan en dos filas, de manera ordenada y a modo de formación militar, encabezados por sus autoridades (Pilatos, cabos, capitanes ...) y por el flautero y el tambulero, que suenan el tambor y la flauta recordando el lamento de la Virgen (flauta) y los golpes del martillo al clavar las manos y pies de Jesús a la cruz (tambor).
Todos los días son importantes para la oración, el peregrinaje de la limosna y la disciplina, pero el viernes todavía es más importante por la realización de las procesiones o “Contis”. El grupo de fariseos o chapayecas, precedidos por las autoridades religiosas y dirigidos por el grupo de cantoras que encabeza la procesión junto con las imágenes y conjunto de niños vestidos de angelitos y verónicas, van recorriendo las cruces que delimitan y marcan el espacio sagrado.
 

En cada cruz una parada, unos rezos y unos cantos. Son los mismos rezos y cantos que dejaron los misioneros jesuitas en el siglo XVII, por lo que muchos de esos cantos o “alabanzas” son recitados en latín. No importa que el significado no se entienda, lo importante es continuar la “Costumbre” para asegurar la supervivencia del grupo y del mundo en general.

El abanderado se encarga de ondear la bandera roja cada vez que el grupo inicia o detiene el movimiento. Cuando el Conti con las imágenes de las 3 Marías (María la Madre de Jesús, María Magdalena y María, la esposa de Cleofás), las cantoras y los niños, va despacio avanzando hacia otra de las cruces clavadas en el suelo, los chapayecas estudian el suelo por donde ha pasado la procesión. Con sus cuchillos y espadas de madera raspan el suelo, buscan alrededor de la cruz, entrechocan sus espadas, mueven negativamente sus cabezas cubiertas con las máscaras de cuero y enseguida se dirigen hacia el grupo de autoridades que preceden la procesión. Se detienen ante ellos, vuelven a chocar sus cuchillos y espadas y mueven sus caderas con el cinturón. Es un lenguaje simbólico dónde están comunicando a sus jefes que vieron las huellas de Jesús, ahí estaban en el suelo, pero a él lo buscaron y no lo encontraron. Las autoridades les hacen una seña y los fariseos se regresan a seguir buscando. Mientras tanto, el grupo con las Marías, crucifijos y niños, avanzan a otra cruz. Los fariseos buscarán y repetirán sus movimientos ante la cruz que dejaron vacía. Es una representación coordinada, exacta, donde cada parte conoce su papel y lo desempeña sin necesidad de palabras

F
ragmento del artículo publicado en el periódico El Imparcial, de la ciudad de Hermosillo, el viernes 25 de marzo de 2005


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