Para estas alturas el Súper Bowl,
la final del fútbol americano, ya estará llegando a su fin (eso espero) y
dejará una vez más récord en audiencia, en recaudación y horas de trasmisión,
solo superado por el mundial de fútbol que se realiza cada cuatro años.
Uno de los deportes más populares
de los Estados Unidos, que forma parte de la idiosincrasia norteamericana, se transformó
en una muestra más de la globalización mediática a la cual nos arrastraron las
industrias culturales: La masificación del
producto comercial por sobre los aspectos deportivos, sociales y
culturales han sobrepasado todo pronóstico
y se hicieron una constante logrando que por muchos días ese evento sea tema de debate en todos los ámbitos posibles
de la sociedad.
En el medio de todo eso están quienes
seguro les apasiona ese deporte y me
parece fantástico que así sea, pero también hay un gran numero (grandísimo me
animo a decir), que solo lo ve por una moda, una imposición del mercado o hasta
para "sentirse parte” al mirarlo. Eso logro que en países con gran diferencia
cultural con Estados Unidos el fútbol americano rompa el rating en las transmisiones
y se más visto que los deportes más populares en cada región. ¿Si eso no es manipulación
mediática que será, si eso no es globalizar contenidos imponiendo modas por
parte de las matrices culturales que será?
Cómo se logra imponer agendas, cómo de globalizadora son las acciones de los grupos económicos que hacen que este blog hable en ese sentido. Fijan los temas, nos venden sus productos y aceptamos sus modas por mas foráneas que sean, nos mostramos pasivos ante en avances de productos enlatados sin ningún anclaje social en nuestros pueblos.
Nos venden luces y compramos luces sin titubear un segundo, dejando nuestra identidad de lado. Eso se traduce en grandes dividendos para los mismos de siempre. Esos que años atrás generar crisis son los mismos que ponen a la venta espectáculos como si nada pasó en la sociedad cada vez más fragmentada pero más globalizada.
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