¿Qué entendemos por lealtad? Según la definición de la Real Academia Española la lealtad es un "cumplimiento de lo que esigen las leyes de la fidelidad y las de honor y hombría de bien".
¿Pero, en
verdad conocemos de lealtades o son solo percepciones de un mundo cada más
cerca de las definiciones de diccionario pero más cada vez más alejado de lo tangible?
La
lealtad es una virtud, tal vez una esencia que va de la mano de nuestro
ser y que nada tiene que ver con actitudes propias de los obsecuentes, aquellos
que con tal de “mostrarse” leales son capaces de todo, volviéndolos
prescindibles a la hora de las definiciones.
Cuando se
habla de lealtad se lo nombra de manera tan vil, con tanta liviandad que asusta
y desvirtúa su verdadera matriz de existencia.
Entonces
nos preguntamos a qué debemos ser leales en este mundo de constantes
deslealtades, de traiciones, egoísmo y derrumbes. A este mundo de imágenes, de
compra y ventas, a este mundo superfluo que está ávido de aceptaciones, más no
de lealtades.
Leales… ¿A quiénes? Al pueblo, porque debemos romper con el individualismo atroz que nos
imponen las sociedades de consumo y su mercadotecnia desleal. Leales a un poder
supremo que existe hasta para aquellos que lo niega y doblega inclusive al
más duro.
Leales a
las convicciones, principios e
ideologías a pesar de cuanto traspiés surjan en el camino, a pesar de palos en la
rueda.
De ahí la importancia de ser leal a un pasado y presente histórico que nos interpela y cuestiona en cada amanecer para ocupar aquellos espacios públicos que nos hace diferente, leales al fin de cuenta.
De ahí la importancia de ser leal a un pasado y presente histórico que nos interpela y cuestiona en cada amanecer para ocupar aquellos espacios públicos que nos hace diferente, leales al fin de cuenta.
Debemos
pactar lealtad con nuestras vidas y la sociedad para no perder aquel rumbo de
lo soñado, de lo anhelado, de lo esperado, de lo aprendido y enseñado que es
trazado por nuestro ser social, político y hasta combativo. Eso nos llevará
indefectiblemente a un triunfo en los ámbitos que planteamos la lucha.
No
existen recetas, ni cursos, no existen conferencias, posgrados y maestrías que
nos enseñen lealtad, no basta con una definición de diccionario, alcanza con
ejercerla, pero si existen caminos que nos llevan a ello.
En el
medio están los senderos que nos brindan atajos, que nos proponen des-lealtades
y del cual muchos forman parte, y la utilizan como capa protectora de una
imagen que buscan vender para campar verdaderos leales en pos de un único
objetivo, el personal. A todo nos sobreponemos siendo leales un nuestros
principios.
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